Etiquetas

, , , , , , , , , , , ,

Los dias que llevaba fuera de Beirut Oeste me han hecho perder un poco la perspectiva. Esto de tener pase «per nocta» y disfrutar de unos dias de permiso es estupendo. Hasta el punto de nublar el recuerdo de la realidad.

Pero todo termina. Antes de anoche regresé. Vuelta a Beirut Oeste, al ritmo multirracial de todo lo que aquí ocurre. La oficina a rebosar, cada cuál con lo suyo. Ruído de fondo incesante, que casi impide que te escuches. Cientos de caras, de historias, de problemas, de situaciones…. y tu convertido en un supuesto conseguidor, muchas veces de nada. En ocasiones, de nada más que una pizca más de desesperación.

Pero faltaba algo. Ayer María Choni, enfrentándose a Flippo, soldado de primer reeemplazo, que comparte trinchera conmigo. Ante una operación inviable, va y me lo pone de vuelta y media. La mejor palabra que le dedicó fue «empanao«, «que no te enteras de nada». Ante la subida de tonos, salió mi Capitán. También a él le dedicó unas palabras reconfortantes, para terminar abandonando el lugar acordándose del honor de nuestras respectivas madres.

En este frenesí arrabalero terminamos ayer, todos dados por tontos del culo, por denegar una operación que, simplemente, no era posible en ese momento. Hasta arriba de porquería beirutí, deseando a nuestras progenitoras una buena ducha al terminar ese día.

Pero como alguien dice, «a todo hay quien te gane». Y hoy hemos vuelto a tener «rock&roll», pero esta vez con Pepa Jonck. De nuevo contra el pobre de Flippo, que está en primera línea, sólo a un paso de mi posición. La ilustre señorita Jonck y acompañante le han dedicado algunas rimas selectas. De nuevo pasaba por allí el Capitán, para el que también había fuego de cobertura. Aunque no me alegra, he llegado de tomar el café casi al final de la fiesta. Bien pensado, casi lo prefiero, porque dado mi carácter y la acumulación de adrenalina que canalizo como buenamente puedo…. no sé si al final hubiese conseguido un buen arresto, y alguna baja en «propias filas».

No es ya suficientemente penosa esta «misión», sin objetivo, sin resultado, sin botín, sin esperanza….sino que además tienes que soportar que cuatro ágrafos poco aseados la tomen contigo (o peor, hasta con el Capitán) al primer inconveniente que se les presente. Y que además, convengan que estás ahí para limpiarse su trasero contigo.

Me cabrea más que le haya tocado la «suerte» a Flippo, que si hubiese sido con mi persona. No soy Terrades para hacer de él en este caso, ni soy Flippo… soy Cadepo, y me rebelo de forma natural contra estas situaciones.

Espero que nadie me venga tan de frente, ni mañana ni nunca. Porque a pesar de mis esfuerzos de auto control, puede que un día salga el animal que cada uno llevamos dentro. Corto y cierro desde Lacrimal, frontera oeste de Beirut.