Etiquetas
Cadepo, cartas, desde, FaceBook, huele, Imperio, mal, negociación, obras, polonia, sindicatos, sit, soldado, trasladados
Este soy yo, soldado Cadepo. Ni de broma pensaba en retratarme, pero hoy toca. Sí, yo «sit». Veréis por qué.
Hoy toca tomar partido. (Yes, we can). De ahí el título de esta entrada. Si, yo «sit». Hoy toca editorial, si cabe. 9 de julio. Estaba convocada una sentada en la sede central del Imperio. Motivo simple: conseguir visibilidad para el Imperio, para los sindicatos y para toda la tropa en general. Porque en estos dias se están negociando cuestiones que nos afectan de lleno: la principal es conseguir un compromiso para «regular» nuestro retorno a casa.
Hablo en pasado porque a 48 dias del evento, los organizadores de esta sentada la cancelaron. No quiero ni pensar que fue por mi último mensaje, en el que les invitaba a planificar el asunto, a «quedar» en algo.
No es ningún sindicato, ni grupo relacionado con ellos, al menos eso hemos creído hasta este momento. Sino más bien un grupo de expatriados enlazados mediante un grupo de FaceBook, estructura cartilaginosa, pero estructura al fin.
Días atrás pude leer los comentarios de aquellos que allí estamos. Unos a favor de la sentada, otros considerando que no es el momento, algunos síndicos defendiendo y defendiéndose de algún comentario poco cariñoso. Cada cuál aportando lo que creía. Una encuesta en el propio grupo revela Hasta hace 48 horas la «sentada» o lo que fuéramos a hacer iba en serio. Al menos para algunos ilusos, entre los que me encuentro.
Sinceramente: no tenía ningún interés en hacerla, ni esperanza en su utilidad, ni ganas… tenía una inmensa pereza y algo de temor, por lo que significa el dar un paso al frente, aunque sea simplemente para decir «estoy aquí».
Del mundo de los sueños uno se cae de golpe, como del catre de la abuela. Los mismos que nos alentaban deciden suspender la convocatoria, con 21 votos de comprometidos asistentes de un universo de 40. No es mucho, pero menos da una piedra. No censuro su actitud: acaso es responsable. Acaso es también poco valiente, y acaso sin querer echa por tierra lo que se quisiera construir con esta estructura invertebrada de trasladados a la fuerza.
En mi mente algunas reflexiones de tintes oscuros. Lo que más me llama la atención en el comunicado de cancelación. Se habla literalmente de «No se puede gastar “una bala” tan importante, con tan poca representación». Por desgracia esa misma frase salió a la palestra en la reunión mantenida con UGT allá por el mes de marzo, a requerimiento de algunos asistentes que demandaban una concentración. Mira por donde, esa frase sale ahora directamente de aquellos que se habían propuesto «conectarnos». Extraña casualidad que ahora nosotros mismos intentemos «contener» la situación.
El número es importante, pero no lo es todo. Creo sinceramente que hay cosas más importantes que el estar o no acompañado o representado, como dice una buena amiga. Lo importante es estar. Y hacer lo que se debe en su momento.
Porque las cosas de la vida no esperan a que terminemos lo que estamos haciendo. Y cuando se haya «cerrado» la negociación, ya no habrá nada que reclamar. Será cosa hecha.
En este día tocaba estar. En mi opinión, sólo por una cuestión de propia DIGNIDAD, y acaso para articular un grupo que fuese consciente de sí mismo. Una concentración de cuatro gatos da risa, estoy de acuerdo pero….¿cuántos esperábamos ser?. Y esos 20…¿no hubiésemos logrado una «bonita foto» con algún impacto?.
Lo malo no es perder la oportunidad, que lo es. Lo peor es la sensación de que estaba «todo el pescado vendido». Incluso dentro del organismo virtual, cartilaginoso y feisbuquero en el que estuvimos conectados.
No voy a ser frívolo, pero algo huele mal. Da opción a pensar que hay más «vendedores de pescado» de los que teníamos catalogados. Y creo que los artificieros del Imperio, una vez más, han hecho bien su trabajo y han «desactivado» esto a tiempo. Enhorabuena, muchachos!!.
Visto esto, he creído necesario dejar la palabra a un lado y actuar. Obras son amores, dice el refranero. Por este motivo aquí me veis, en esta foto. Sí, yo he hecho mi sentada, de forma unilateral. Sí señores, «yo sit».
Seguro que no sirve para nada. Seguro de seguridad. Pero al menos nos dejamos de palabras huecas, y movemos un poco lo que tenemos debajo de la espalda. Pero jamás podremos reprocharnos, en el final de nuestros días, no haber hecho nada para cambiar nuestro futuro. Y hasta ese momento, dormir cada noche abrazados a la propia conciencia.
Nadie hará nada por nosotros, tenedlo claro, sólo nosotros. Y entre nosotros, sólo algunos. Otros se batirán en retirada, y puede que hasta alguno se pasen al otro bando. Pero allá cada cuál con su conciencia.
Hacer algo cada uno, y dejar de mirar lo que hace o no el compañero. Lecciones y moralinas pocas, compañeros de armas, que ya estamos creciditos. El que quiera peces, ya sabe qué es lo que se tiene que mojar. Cada uno es su propio reino. Preocuparnos más en qué podemos hacer nosotros (por nosotros y por ellos), y estar un poco menos pendientes de lo que no hace el compañero. Sobre todo, si llegado el momento….uno va a estar de vacaciones. O simplemente no estará.
Lo de tirar la piedra y esconder la mano está feo, aunque haya salido «sin querer». Más arrimar el hombro y más repartir trigo, y menos predicar. Más empatía y menos doctrina. Se predica con el ejemplo. Obras son amores, y no buenas razones.
En lo sucesivo: el que quiera hacer algo, que lo haga. Puede que me encuentre a su lado si se decide. Y en caso contrario: respetar al compañero. Como digo, cada cuál es su propio señor.
No soy sindicalista, no lo seré. No busco notoriedad, no la quiero. Soy sólo un soldado más del Imperio. Forzado a estar aquí. Tengo sólo mi palabra y mi palabra pesa. Obras.
Sirva este botón para aquel que lo quiera enhilar.
Con afecto, Soldado Cadepo. Tercera Legión.