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amigos, Burgos, cariño, cartas, cielo, compañeros, dede, emoción, errores, foto, Gamonal, imperial, polonia, septiembre, sistema, soldado
Decía el abuelo que «el que llega a su casa, nunca llega tarde». Hoy hago el camino contrario: dejo mi casa y retorno a Polonia. Allí deje mi base preparada, y allí he de volver.
Intentaré no hacer una escena y no dejarme desbordar por las emociones. Han sido dos hermosas semanas. Por varios motivos: el reencuentro con la familia, con los amigos, con los compañeros…. me niego en bastantes casos a emplear el prefijo «ex», porque en mi mente siguen siéndolo.
Desde hace unos años, septiembre en Burgos es mejor que la semana fantástica de cierto gran almacén. Clima estable y templado, aún cuando al atardecer el viento del norte nos pone en nuestro sitio y nos recuerda dónde estamos.
Dejo atrás la alegría por una boda esperada y celebrada, y la desolación por la pérdida inesperada de alguien a quien creo que se le adelantó su hora. A veces el cielo tiene también errores de sistema, y este creo que es uno de ellos.
Me llevo como siempre el cariño, que desborda mi equipaje. La alegría de todos los que se alegran de verte. La emoción de aquellos que, como niños pequeños, leen el blog…. pero quieren que se lo cuentes otra vez, como si fueses tu el abuelo. Sólo eres consciente de lo importante que puedes ser para alguien cuando te alejas.
No dejo de repetir y repetirme que mantener las relaciones es tarea de todos. Al margen de dónde vivas, qué hagas profesionalmente y lo lejos que puedas estar. La distancia real, la verdadera, sólo la marca el corazón.
Gracias a todos por los cafés, las risas, las bromas, y en definitiva, vuestro cariño. Toca retornar, y acostumbrarse a ello. Toca ya rezar vísperas, y volverse a poner el traje de Soldado Imperial. Allá voy de nuevo.
Por cierto…. ¿alguien sabe decirme dónde he tomado la foto de este post?