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Mi deseo personal en estas misivas era narrar mi experiencia imperial en Polonia, porque presuntamente era aquí donde viviría aspectos dignos de ser contados.

Mira tu por donde, en mi ausencia y sin permiso, estalla Gamonal. Lo más oído y leído en los últimos días se encuentra en #gamonal, #GamonalResiste o #gamonalenlucha.

Efluvios del Social Media de lo que ocurre en mi hogar. Creo que el término rebelión, motín o revuelta queda lejos, a pesar de las noticias que de allí llegan. No siempre ceñidas a la realidad, por lo que mis fuentes me relatan. Y a pesar de los daños materiales y las detenciones.

En toda «guerra», la primera víctima es la verdad, y la segunda la inocencia. La tercera suele ser el niño o el anciano que por allí pasaban. Y en este conflicto, creo que las dos primeras víctimas ya han aparecido, aun siendo un estallido «de barrio» de muy pocos dias.

Como diría un afamado doctor, «todo el mundo miente».

El político o responsable de seguridad, que tiene encima el «marrón» de un barrio encendido, quemándolo todo. Aún las propias manos. Sacando enemigos, cadáveres sociales,  de donde no los hay…o no en el número total que se pretende expresar.

Sí, yo creo que algo de «ayuda» de «expertos» en lucha callejera sí que hay visitando Gamonal, haciendo su «campamento de invierno». Pasó en 2005 en Eladio PerHarlem, como diría alguno. Pero no son todos. Sólo ellos no mantienen la llama del conflicto encendida tanto tiempo. Quizá son sólo los «comandos» de primera escaramuza. Pero no están solos.

El vecino a pie de calle, porque saca del armario un conflicto que hace semanas no aparentaba tener. ¿Qué ha pasado? Sencillamente, que nos hemos acordado de Santa Rita al primer trueno, (o pelota de goma), a la presencia de la primera máquina. Que como buenos españoles, y mejores burgaleses, esperamos a quejarnos cuando ya casi no hay remedio. Quizá este «calentar el ambiente» hubiese sido más efectivo hace unos meses.

El comerciante, porque aunque ha titubeado y, fiel a su buena fe, ha creído en algún momento resultar beneficiado. Es cada vez más consciente que sea cual sea la solución, acaso sea con el vecino el más perjudicado. Solo que el vecino en algún momento dejará de sentir los perjuicios de las obras, y acaso su negocio…no remonte. Ha pasado de pensar que perdería a constatar que de hecho, ya ha perdido.

Pero por favor, para todos, un poco de cordura. La calle es nuestra, Lacalle acaso sea «de otro», pero el sentido común debe ser «nuestro». No perdamos la batalla de la razón por razón de la fuerza. Por aquí lo llaman «seny».

Vale de quemar Gamonal. No es de recibo quedarse tuerto, para ver ciego al enemigo. Sí a las manifas, sí a las asambleas, si a los vecinos y llallos (flautas o no), ocupando su calle. Sí a la gente unida contra lo que (casi) nadie quiere. Sí a la inteligencia, en definitiva. No a destruir tu casa, los columpios de tus niños, el banco del parque o el contenedor de basura. No a dar excusas para quedarte sin tus cosas.

Dejemos que los responsables de la destrucción sean los de siempre. Construyamos. Y guardemos «memoria» de los sucedido, para el momento en el que se convoque a las mayorías, …. digan a a las claras si son o no las mismas que querían el Bulevar… sin duda, está de moda eso de retorcer la realidad para crear sarcasmos a consumir frescos en el próximo periódico.

Lo único «de recibo» es haber salido en la tele y ocupar unos buenos minutos en los informativos. Porque conflicto que no se visualiza, es que no existe. De primer curso de lógica belica.

Por favor, una vez más…. bastante tengo con narrar lo de «acá»…. permitid que siga despreocupado de Gamonal, confiado de que no tengo nada de qué preocuparme en retaguardia, donde está en realidad mi hogar, mi vida, donde está mi yo…allí donde sin duda volveré.